La metafísica china comprende 5 artes, entre los cuales se encuentra el I Ching, que es el arte de la adivinación. Los otros cuatros son; el arte de la montaña (la espiritualidad, la meditación, el estudio de la parte interna del ser, el reiki), el arte de la medicina (alimentación natural, qi kung, medicina china), el arte del destino (el BaZi) y el arte de las formas (feng shui).

El I Ching, también conocido como el Libro de las mutaciones, es una de las obras filosóficas más antiguas del mundo. Su origen está en China y data aproximadamente del siglo XI antes de Cristo. Este método todavía es muy respetado en la actualidad pues se considera uno de los sistemas de pronóstico más precisos e importantes que se siguen utilizando.

LOS TRIGRAMAS Y LOS HEXAGRAMAS

El I Ching es una técnica de adivinación basada en una serie de símbolos conocidos como trigramas y hexagramas.

Estos símbolos están formados por líneas rectas, que pueden ser continuas o discontinuas, queriendo reflejar así el concepto de Yin y Yang. La dualidad en el Universo. Una línea discontinua en el trigrama es Yin y una línea continua es Yang.

Al colocar las líneas discontinuas y continuas en combinaciones de tres, los creadores del I Ching, produjeron ocho combinaciones diferentes llamadas los Ocho Trigramas.

Trazar el desarrollo de los trigramas es un ejercicio maravilloso, para mí es como intentar hacer más flexibles nuestras rígidas mentes occidentales. Es sin duda el comienzo de un viaje transformador.

Estos ocho trigramas, como elementos esquemáticos, denotan y abarcan todo el universo y, como tales, también son otra forma del símbolo del tai qi. Cada trigrama implica mucho más que ser simplemente tres líneas en forma continua o discontinua.

Por otra parte, los 64 hexagramas forman la base del I Ching, que se considera en China como el gran oráculo de la sabiduría y el poder. Estos hexagramas se forman mezclando uno de los ocho trigramas en diferentes combinaciones.

Se considera que el I Ching ofrece buenos consejos en respuesta a preguntas específicas y los filósofos han trabajado durante muchos siglos para interpretar las imágenes de los hexagramas, asignando significados complicados a cada línea. Se dice que el I Ching es capaz de identificar las leyes que regulan los fenómenos naturales y de predecir el cambio, algo fundamental en una cultura, como la china, basándose en la premisa de que nada en el mundo permanece estático.

EL I CHING SACA CONCLUSIONES

Este maravilloso arte es un oráculo que no adivina, sino que deduce las ideas y saca conclusiones. No se trata de un tarot o de un oráculo al uso, es algo distinto a todo lo que conocemos. No en vano Jung dijo que el I Ching es un precioso documento humano.

Un detalle muy importante y que sin duda me fascina es la mentalidad china de que un instante cualquiera comprende el conjunto de la situación, incluyendo el más mínimo detalle. Este instante es el que comprende la situación general del momento. Así pues, si yo ahora mismo lanzara las monedas, su resultado sería una muestra del momento global en el que yo lo obtengo, porque le pertenece, tal y como un fragmento de roca es parte del bloque del cual ha sido extraída.

Además de ello, hay un hecho que debe ser aclarado, y es que existe una fuerte interdependencia entre los hechos que suceden y el individuo que los observa, pues cada uno es parte integrante, contribuyendo en el momento, en vez de ser un mero observador.

Y es que en el I Ching, los resultados serán solamente aquellos que deban ser en esa situación particular dada.

EL HOMBRE COMO CREADOR DE SU PROPIO DESTINO

Según el I Ching el hombre puede intervenir en la creación de su propio destino, dando lugar así en cierto modo al libre albedrío. Y es que mientras las cosas aún se estén haciendo todavía pueden ser dirigidas. Esto da lugar a la esperanza, que nacerá de emprender la acción, de participar en la formación de tu propio futuro en lugar de quedarte quieto sin hacer absolutamente nada.

Las personas que preguntan a este oráculo esperando obtener una respuesta concreta, y se quedan de brazos cruzados sin hacer nada, están muy equivocados, esto no funciona así. El I Ching procede de un modo totalmente distinto, pues nos hace participes y responsables del desarrollo de nuestro destino. Nos muestra la manera de actuar que sería la más aconsejable y conveniente para nuestro bien mayor partiendo de la situación en la que nos encontramos.

El I Ching es el libro del presente y del futuro, siendo una obra atemporal, pues se ocupa de cosas que van más allá del concepto de tiempo. Es sin duda el libro que nos educa a mirar hacia nuestro porvenir como si fuera nuestro presente.

El maestro Confucio un día estaba contemplando un río y allí mismo se le mostró la ley eterna e inmutable que interviene en las mutaciones de las cosas, y concluyó: <<Todo fluye y discurre igual que este río, sin descanso, día y noche.>>

Alexandra Jiménez

Feng Shui Consulting

Un comentario de “LA ADIVINACIÓN A TRAVÉS DEL I CHING

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